El concurso consistía en unas Master Class impartidas por profesionales del cochinillo y de la cocina en general y de la publicidad para ayudar a orientar las tres modalidades de presentación: vídeo, tweet o logotipo.
A la entrega de premios fueron invitados algunos jugadores y directivos de la plantilla del Atlético de Madrid para degustar al final un trozo de este manjar segoviano.
Yo también participé en la modalidad de tweet, pero no tuve la suerte de llevarme el premio. Me pareció muy interesante esta iniciativa y sobre todo que hubieran pensado en nosotros para cambiar la imagen de la marca. Nos hicieron ver cómo sería trabajar bajo las órdenes de un empresario que tiene una necesidad y así ponernos en el lugar en el que estaremos dentro de unos años.
(en mi tweet adjunté una foto que hizo mi padre hace algunos años en una finca familiar)
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