Ferrol y Leiva, Leiva y Ferrol.

Como ya pudisteis comprobar en el primer cuatrimestre, soy muy fan de un grupo en general: Pereza y de dos cantantes en particular: Leiva y Rubén. Todo mi entorno lo sabe y por eso, una de mis mejores amigas, que vive en Ferrol, me regaló por mi 19º cumpleaños una entrada para ver a Leiva allí. No recuerdo todos y cada uno de los regalos que he recibido a lo largo de mi vida, pero estoy segura de que este está en las primeras posiciones de la lista de los mejores regalos de la historia. 

Justo después de la visita del museo Reina Sofía con la profesora de arte, volvimos a Segovia y allí mismo me cogí el tren directo a Ferrol. El concierto sería al día siguiente, el sábado. En la maleta había metido lo justo, pero no se me había olvidado LA camisa de los conciertos. Después de 8 horas de viaje llegué a un Ferrol nocturno y mojado. Allí me esperaban las dos protagonistas de esta aventura, Carlota y Vero. Fuimos a cenar algo y después a ver un poco Ferrol desde el coche de una amiga, e inmediatamente a descansar ya que el día siguiente sería mágico. 

El sábado empezó como un día normal hasta que me revelaron un secreto que llevaban guardado dos días atrás: ESA MISMA TARDE CONOCERÍA A LEIVA EN PERSONA. Para una soñadora como, el deseo de conocer a mi cantante favorito estaba en el primer puesto. La verdad es que no me lo creí,  conociéndolas me estarían gastando una broma más de esas que me gastan a lo largo de nuestros veranos. Nada más comer fuimos a unas playas cercanas que me dejaron prendada, agua turquesa, arena y flores a la vez. De locos, el norte es de locos y me encanta. Esta visita exprés me evadió un poco de algo que no paraba de rondarme en la cabeza: ¿de verdad íbamos a tocar a Leiva?


Volvimos a casa con los nervios en nuestras cabezas... ¡ni que fuera la primera vez que íbamos a uno de sus conciertos! Me enfundé en mi camisa especial y me pinté los labios, la ocasión lo merecía. Llegamos al auditorio nuevo de la ciudad y estuvimos esperando a que nos avisaran sin saber que Leiva aún no había llegado, hasta que le vimos entrar a escasos dos metros de nosotras. Después de un rato esperando, y ya sin uñas, nos dejaron pasar al camerino. Estaba lleno de uvas, pipas y cacahuetes. Me volví loca haciendo fotos a los espejos, las bolsas de Mercadona y al estudio de fotografía que tenían allí montado. 
M á g i c o . El resultado fue este: 


Después fuimos testigos de uno de los mejores conciertos a los que he ido nunca. Lo que transmite la banda sobre las tablas es indescriptible. Todo el público en pie coreando las canciones y hasta imitando los movimientos de la guitarra de los músicos... sin palabras, ¡qué voy a decir yo! También me acompañó en este día tan guay mi inseparable Canon, la cual se encarga de inmortalizar escenas del show como estas. Espero que os gusten.





Otra de las cosas que hizo especial este concierto fue la presentación de un tema que habían sacado la semana anterior: Sixteen. La versión original la grabaron con Carlos Tarque y Fito Cabrales, otros dos grandes de la música española. No estuvieron en el concierto, pero sonó realmente increíble aunque sólo la cantara él. 

Algunos de los vídeos que grabé los he colgado en mi cuenta de Youtube, sé que no pueden transmitir lo realmente enorme que me sentí, pero os hago llegar pedazos del pedazo show que presencié. 






El próximo 27 de Junio tocarán en Segovia: entradas compradas, parada obligatoria. 


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